A las 8.30 recogemos a la expedición en Vallekas y cogemos la carretera de Colmenar hacia Navacerrada. Por el camino llovizna y comienzan los problemillas: no llevamos cadenas, uno se dejó las botas, no llevamos comida ni agua, otro tampoco lleva guantes...
Llegamos al puerto de Navacerrada y marca el termómetro -4ºC. Tenemos que comprar allí mismo unos guantes y unas polainas para salir del paso. Seguimos dispuestos a subir a la Maliciosa.
En primer lugar hay que tirar hacia la Bola del Mundo para luego dejarnos caer a nuestro objetivo. Pues allá vamos. En vez de tirar por la pista de hormigón que sube a las antenas tiramos por un camino que faldea siguiendo la carretera para luego ascender siguiendo un antiguo telesilla.
Ya en camino comenzamos a sufrir la tremenda ventisca que nos azota sin piedad y que empieza a congelar cualquier pelo que asome a la superficie. La ascensión a la Bola del Mundo no es demasiado cómoda: viento horrible, niebla densa, mucha nieve y mucho frío.
Tardamos bastante en llegar a arriba, con los mocos y las pestañas congeladas, pero cuando subimos nos encontramos lo peor, un "huracán" gélido que nos tira y una niebla que no nos deja ver a cinco metros (temperatura de -10ºC mínimo y sensación térmica mayor). En ese momento es cuando decidimos, no porque no pudiéramos, sino porque todavía queda mucha navidad y aún tienen que venir los reyes, que va a ser que no. Que subir pa ná, pues mejor que no, y decidimos dar media vuelta y bajar por donde habíamos venido. Hay que ser precavido en la montaña.
Ya bajando disfrutamos algo, el viento ya no daba de cara, la niebla se iba abriendo y pensamos en llamar a Paloma, una colega de Nacho que vive en el Boalo, para que nos cobijara en su chimenea un ratillo.
Cuando llegamos al coche parecíamos recién sacados de una cámara frigorífica, todo congeladito: la cámara, las chupas, los guantes, los gorros y mejor no seguir.
Y tiramos para el Boalo donde nos esperaban Paloma y Zalo con la chimenea encendida y unas lentejas en el fuego, gracias chicas!!!
En fin, este fue nuestro día de montaña, muy completito y ameno.